Una evaluación neurooftalmológica de la pérdida visual incluye la valoración de la agudeza visual mejor corregida para la visión lejana y central. Pruebas como el examen del fondo de ojo y la tomografía de coherencia óptica (OCT) evalúan la salud de los nervios ópticos y la mácula. La evaluación puede incluir pruebas pupilares, campos visuales de confrontación y una revisión detallada de cualquier error refractivo. El neurooftalmólogo pretende diagnosticar una degeneración macular, una neuritis óptica o una retinopatía serosa central.











